Shovel Knight Pocket Dungeon – Análisis

Lo que en un principio surgió como un proyecto independiente con aroma retro ha acabado convirtiéndose en una de las franquicias más populares del videojuego: la marca Shovel Knight se ha expandido de maneras insospechadas, no sólo con constantes actualizaciones de contenido para el metroidvania en dos dimensiones, sino también en forma de nuevos juegos que expanden el universo creado por Yacht Club Games hacia otros géneros y formatos. Es el caso de Shovel Knight Pocket Dungeon, una apuesta que combina puzles, roguelike y aventuras al mismo tiempo que refuerza la identidad visual de la IP de la mano del genial pixel art de Vine, el desarrollador independiente que ha llevado la batuta de este proyecto.

Bienvenidos a la Mazmorra de Bolsillo

Shovel Knight Pocket Dungeon parte de una base simple que reinterpreta y aprovecha hasta sus últimas consecuencias: los niveles suceden en mazmorras en forma de tablero en la que van cayendo fichas desde arriba, así que nuestro objetivo será limpiar cada sala, tratando de aguantar con vida hasta que caiga una pieza en forma de puerta y podamos escapar hasta el siguiente nivel. Para acabar con las fichas, que adquieren formas y características de enemigos, jefes finales, objetos y pociones, tendremos que golpearlas con nuestra icónica pala, aprovechando para crear hileras y quitarnos grandes combinaciones de piezas de un plumazo.

A esa mecánica hay que sumarle una variable más: el tiempo se mueve más rápido cuando nosotros nos movemos, al estilo Tetris. Esto es altamente personalizable y, de hecho, ahí es donde reside una de las mayores virtudes del juego: podemos decidir si jugarlo como un roguelike puro, con muerte permanente y reinicio del ciclo, o como un juego de puzles, con vidas infinitas y partidas más enfocadas en los rompecabezas que en el desafío. También dispone de una serie de opciones para alterar los valores del juego (podemos modificar el ritmo al que corre el tiempo, aumentar el nivel de daño o nuestra salud máxima iniciales desde el menú), pero sólo atañe al modo aventura, dejando el modo versus y la partida diaria más enfocados al desafío.

De rompecabezas a romper cabezas

Esa premisa jugable que hemos visto repetida en tantos títulos se convierte aquí en las bases de una aventura al estilo RPG que utiliza el formato roguelite para su loop de juego: los desafíos a los que nos enfrentamos forman parte de una misteriosa maldición que nos ha llevado a la Mazmorra de Bolsillo (está traducido así oficialmente, puesto que cuenta con una excelente localización al castellano) y que tendremos que resolver a medida que avancemos de nivel en nivelVenir de Tragamonedas Gratis Online. Con esa trama como trasfondo, cada pieza de Shovel Knight Pocket Dungeon se convierten en las piezas de una historia de rol tradicional, con sus insectos, esqueletos y grifos a los que combatiremos mientras solucionamos puzles en la piel de diversos héroes (iremos desbloqueando nuevos personajes) que, al igual que los enemigos, tendrán sus propias habilidades y características en la batalla.

Gracias a la aparición de diferentes personajes jugables, que iremos desbloqueando en niveles ocultos y enfrentamientos opcionales, la rejugabilidad de este título se multiplica ampliando la experiencia a muchas más horas de las que parece que puede ofrecer en un principio. Cuando tengamos controlado el juego podemos llegar al final en menos de una hora, pero todo cambia al percatarnos de que los héroes (aparecen viejos conocidos como el propio Shovel Knight, Black Knight o Specter Knight, pero también nuevas caras como Prism Knight) que podemos controlar tienen cada uno su propia trama, animándonos a pasarnos el juego con cada uno de ellos para resolver el misterio de la Mazmorra de Bolsillo. A fin de cuentas esto no deja de ser una aventura en formato roguelike con puzles que resolvemos a palazos.

Ritmo sobreestimulado en escenarios abigarrados

Y quizás lo que más escama de Shovel Knight Pocket Dungeon es precisamente que su tono, a caballo entre el puzle y la aventura, a veces no termina de encontrar una consistencia adecuada y termina por ofrecer una experiencia obtusa en la que sus buenas ideas quedan diluidas. Hay enemigos especiales, jefes finales, objetos, habilidades especiales, obstáculos y daños ambientales bien planteados, pero a la hora de la verdad el tablero, quizás demasiado pequeño o lleno de contenido, se muestra abigarrado de estímulos que dificultan trazar una estrategia necesaria para conseguir limpiar la sala

Llega a ser emocionante moverse de casilla en casilla, y de hecho cuando encontramos el ritmo nos recuerda a los mejores momentos de juegos como Crypt of the NecroDancer o el más reciente Cadence of Hyrule, pero no siempre todo encaja tan bien como debería y no son pocas las ocasiones en las que hemos sentido ambigüedad en un título que no puede permitirse no dar al jugador más control sobre lo que ocurre en pantalla.